
Entre tanto los científicos investigan también otras vacunas contra el cólera y diferentes bacterias que causan infecciones.
El instituto, dirigido por el doctor Charles Arntzen, cuenta con la tecnología necesaria para desarrollar un antígeno (sustancia extraña al organismo capaz de provocar una respusta inmunitaria)que actua en las levaduras y que al organismo para que produzca anticuerpos que le ayuden a luchar contra las enfermedades.
Estos científicos ya han obtenido variedades de plantas comestibles, genéticamente modificadas, que incorporan ese mismo antígeno, con lo que el poder para reforzar el sistema inmune se obtiene a partir de la ingestión de la papa u otros alimentos.
La papa ha sido el método utilizado hasta ahora por ser técnicamente más fácil de conseguir, pero se está intentando lograr el mismo efecto en bananos o en papayas, que se pueden ingerir en crudo y forman parte de la alimentación de países pobres en los que las enfermedades son más comunes.
Los resultados de la investigación se han publicado en la revista científica Nature Biotechnology y se refieren a los experimentos iniciados el 7 de julio de este año.Las pruebas sobre la eficacia de la vacuna comestibles se han realizado en el Instituto del Cáncer Roswell Park de Buffalo, en Nueva York.
Con las vacunas comestibles, no se volveran a ver estas escenas en el futuro:
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